Mucho por hacer...
En medio del trabajo, la universidad y de la vida cotidiana evito entrar en depresión o inconformidad con lo que hago. Siempre veo las cosas con buenos ojos, con positivismo, y eso trato de expresarlo cuando puedo y con quién se encuentre a mi alrededor. Sin embargo últimamente me he encontrado a personas a las cuales deseo ayudar, pero ayudar de manera espiritual, que sientan que pueden ser francas conmigo y contarme sus problemas, sus miedos y sus deseos. El problema no es mi ayuda, ni la franqueza con la que la expreso, todo radica en que estas personas no les interesa tomar mi ayuda. Y lo que inicialmente aparenta ser ayuda, termino por identificar que se vuelve una carga o estorbo para aquel a quién se lo ofrezco. Mucho tengo por hacer, y mucho incluye cambiar mi forma de ayudar a las personas. Mucho por hacer también incluye darle prelación a aquellos asuntos que me conciernen y que en lo personal no tienen que ver con otros (trabajos, exámenes, proyectos). Decidí escrib