Este año cambió
"Para mi la celebración de la navidad era algo que elogiar, no solo por el hecho de ser en mi casa ni por que era una tradición cocinar desde la mañana. Pero ahora pasó a ser diferente...la familia se vuelve vieja, uno joven, los miembros se vuelven escasos, los temas de conversación también."
Era una idea inicial, que se puede perfectamente convertir en un post de esos que me animo a escribir.
Recuerdo cuando de pequeña me levantaba el 24 bien temprano en la mañana, el proceso ya estaba claro: preparar las natillas, lavar la vajilla a utilizar por la noche, preparar los ingredientes de la sopa, luego la carne seleccionada que podía ser bistec, pollo en salsa, entre otras preparaciones, recibir los tamales, cortar los ingredientes de la ensalada, preparar el postre... en esos ya daban las 6 de la tarde y uno todavía metido en la cocina corriendo porque nos debíamos arreglar para ir a la misa (regularmente comenzaba a las 8).
Luego de llegar de misa, empezar a recibir a la familia, servir botanas, papitas, antipasto, maní, bailar una que otra canción pachangosa, jugar con los primos, rezar la novena, cantarle el cumpleaños al tío, servir la cena, recoger la cena, seguir bailando, charlar, despedir a la familia, recoger el desorden, lavar los platos, organizarlos en la mesa del comedor para que sequen como es debido, en eso ya daban las 5 de la mañana del 25 de diciembre.
Esta bellísima tradición la tuve muchos pero muchos años, pasó en algunos de ellos (y viendo que me hacía grande) a mi batuta. Sin embargo de unos años para acá las cosas cambiaron. Entre las discusiones familiares, que alejaban a uno u otro familiar, como la muerte de otros familiares, como que otros ya no viven por aquí, ahora no es mi medio parecido.
Me da tristeza porque soy de las personas que considero mucho mantener viva la relación familiar, y en muchas ocasiones admiro mucho aquellas familias que se reúnen y celebran a lo grande cualquier tipo de eventualidad.
Sin embargo mi familia no es así, y los que compartían mi sentimiento ya no están en este mundo. Los que quedan son aquellos que solo hablan, no bailan, se complican con la comida, y hasta prefieren celebrar la navidad solos, acostándose temprano y si es posible en otra ciudad.
Esta navidad, el plan de trabajo fue más corto de lo normal, ya teníamos claro que muchos faltarían, por lo tanto las cantidades se reducen. Ya no hacemos natilla, entonces se reciben los tamales, se cortan los ingredientes de la sopa, la carne se mete en el horno (que fue preparada el día anterior para que solo fuera cuestión de cocinar), la vajilla ya no se saca, se usan platos plásticos, el postre se prepara al medio día, los ingredientes de la ensalada se preparan. Hay tiempo hasta de ir a la peluquería!!!!!
Se fue a la misa (eso no cambió por que comenzaba a las 8), se llega y se espera a que llegue la poca familia que viene (todos en un solo carro caben) porque unos faltaron por tener rencilla con un tio, la otra se fue a celebrar sola perdón a acostarse temprano y una faltó sorpresivamente por razones de salud. Se reparten papas mientras se ve la televisión, se canta el cumpleaños del tío, se sirve la comida, mientras unos comen, una servidora comienza a lavar los platos plásticos (no dije que fueran desechables), se sirve la carne y el postre mientras sigo lavando platos. Terminan de comer se ponen a escuchar boleros mientras yo termino de lavar y me siento a comer mi cena. A ese momento ya da la 1:30. A las 2 ya se van levantando, alistando...se despide a la familia, se arregla lo poco que queda en desorden... a las 3 ya estamos listos para dormir.... La verdad ni sueño tuve.
Sé que el otro año será peor.... y ya en este año los ánimos estaban bajos... no sé si me animo a ser de organizadora, aunque mi padre insista en que nuestra casa sea la anfitriona....igual celebrar solos o en familia, me viene pareciendo igual en estos momentos, qué se le puede hacer..
Debo seguir con mis deberes...
Era una idea inicial, que se puede perfectamente convertir en un post de esos que me animo a escribir.
Recuerdo cuando de pequeña me levantaba el 24 bien temprano en la mañana, el proceso ya estaba claro: preparar las natillas, lavar la vajilla a utilizar por la noche, preparar los ingredientes de la sopa, luego la carne seleccionada que podía ser bistec, pollo en salsa, entre otras preparaciones, recibir los tamales, cortar los ingredientes de la ensalada, preparar el postre... en esos ya daban las 6 de la tarde y uno todavía metido en la cocina corriendo porque nos debíamos arreglar para ir a la misa (regularmente comenzaba a las 8).
Luego de llegar de misa, empezar a recibir a la familia, servir botanas, papitas, antipasto, maní, bailar una que otra canción pachangosa, jugar con los primos, rezar la novena, cantarle el cumpleaños al tío, servir la cena, recoger la cena, seguir bailando, charlar, despedir a la familia, recoger el desorden, lavar los platos, organizarlos en la mesa del comedor para que sequen como es debido, en eso ya daban las 5 de la mañana del 25 de diciembre.
Esta bellísima tradición la tuve muchos pero muchos años, pasó en algunos de ellos (y viendo que me hacía grande) a mi batuta. Sin embargo de unos años para acá las cosas cambiaron. Entre las discusiones familiares, que alejaban a uno u otro familiar, como la muerte de otros familiares, como que otros ya no viven por aquí, ahora no es mi medio parecido.
Me da tristeza porque soy de las personas que considero mucho mantener viva la relación familiar, y en muchas ocasiones admiro mucho aquellas familias que se reúnen y celebran a lo grande cualquier tipo de eventualidad.
Sin embargo mi familia no es así, y los que compartían mi sentimiento ya no están en este mundo. Los que quedan son aquellos que solo hablan, no bailan, se complican con la comida, y hasta prefieren celebrar la navidad solos, acostándose temprano y si es posible en otra ciudad.
Esta navidad, el plan de trabajo fue más corto de lo normal, ya teníamos claro que muchos faltarían, por lo tanto las cantidades se reducen. Ya no hacemos natilla, entonces se reciben los tamales, se cortan los ingredientes de la sopa, la carne se mete en el horno (que fue preparada el día anterior para que solo fuera cuestión de cocinar), la vajilla ya no se saca, se usan platos plásticos, el postre se prepara al medio día, los ingredientes de la ensalada se preparan. Hay tiempo hasta de ir a la peluquería!!!!!
Se fue a la misa (eso no cambió por que comenzaba a las 8), se llega y se espera a que llegue la poca familia que viene (todos en un solo carro caben) porque unos faltaron por tener rencilla con un tio, la otra se fue a celebrar sola perdón a acostarse temprano y una faltó sorpresivamente por razones de salud. Se reparten papas mientras se ve la televisión, se canta el cumpleaños del tío, se sirve la comida, mientras unos comen, una servidora comienza a lavar los platos plásticos (no dije que fueran desechables), se sirve la carne y el postre mientras sigo lavando platos. Terminan de comer se ponen a escuchar boleros mientras yo termino de lavar y me siento a comer mi cena. A ese momento ya da la 1:30. A las 2 ya se van levantando, alistando...se despide a la familia, se arregla lo poco que queda en desorden... a las 3 ya estamos listos para dormir.... La verdad ni sueño tuve.
Sé que el otro año será peor.... y ya en este año los ánimos estaban bajos... no sé si me animo a ser de organizadora, aunque mi padre insista en que nuestra casa sea la anfitriona....igual celebrar solos o en familia, me viene pareciendo igual en estos momentos, qué se le puede hacer..
Debo seguir con mis deberes...
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